(Militante de la C.N.T., asesinado por manos fascistas en la cárcel de Carabanchel)
Murió Agustín,
y murió
por lo que toda su vida luchó.
Murió Agustín,
murió a palos;
murió a manos
de su acérrimo enemigo:
el Estado.
Y murió de pie,
aunque murió atado.
Carabanchel, Carabanchel,
tú viste
ese vil asesinato
como ves el sufrimiento
de esos hombres enjaulados
por no permanecer al margen,
por no permanecer callados.
Se nos fue Agustín,
pero quedaron sus actos:
actos que nos dan fuerza
para seguir gritando:
¡VIVA LA LIBERTAD!
¡Muera la autoridad y el mando!
Nos podeis quitar la vida, pero las ideas, joderos, que se quedan con l@s compañer@s y junto al pueblo que en el fondo es quien las tiene respeto y sabe valorar la idea y la acción. Salud. Sigues vivo en la memoria de los trabajadores.
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